7 de febrero de 2010

Federer y la motivación


Roger Federer.

El tenista suizo se ha convertido en el mejor de la historia, al conquistar su Grand Slam número dieciseis.



Federer siempre ha hecho gala de juego limpio, y épico ha sido durante estos años el duelo que ha mantenido con Rafa Nadal, que consiguió arrebatarle el número uno al helvético el año anterior pero que fue recuperado rapidamente.

En este caso, como ha sucedido en otros duelos históricos, tanto dentro del tenis (Sampras-Agassi o Navratilova-Chris Evert, por ejemplo) como en el deporte en general (como sucede con el Madrid y el Barça) o en el mundo de la empresa, en el que Coca-Cola y Pepsi llevan compitiendo más de un siglo, la motivación extra que proporciona el tener un competidor que nos lo pone difícil hace que saquemos lo mejor de nosotros mismos, y superemos los resultados que obtendríamos de no existir el rival.


De esta manera, Federer, a pesar de ser considerado desde hace tiempo por muchos analistas como el mejor de la historia, se vio superado en algun momento por las cualidades y el ansia de ganar de Nadal. No sólo le adelantó en la clasificación de la ATP en algún momento, sino que en sus duelos particulares le tenía comida la moral.


Sin embargo, el tenista suizo, que obviamente ha ganado ya bastante dinero como para que ésa no sea su motivación, no arrojó la toalla, siguió luchando, y ahora ha conseguido batir las marcas de Sampras; además, aprovechando la inactividad temporal de Rafa Nadal, logro recuperar el número uno del mundo. Pero esto no hubiera sido posible si no tuviese unos objetivos muy claros y una motivación extra (además de su calidad, claro).

¿Que tal sería si pudieramos establecer unos objetivos retadores y claros, y una motivación como ésta a los empleados de la empresa?